Anoche tuve un hermoso sueño,
Y en ese sueño estabas a mi lado,
Me mirabas con dulzura y cariño,
Y por primera vez, me sentí amado.
En esa quimera, mitad real, mitad fantasía,
Se me otorgó el don de poder regalarte,
Todo lo que quisiera con reverenda pleitesía
Como la más grandiosa de las obras de arte.
Por eso comencé profundamente a meditar,
Que maravillas solo pudieran
Congeniar,
Con un ser tan angelical
Y que a la vez pudiera ser original.
Primero quiero regalarte todas las estrellas,
Todos los mares y todos los ríos del mundo,
La totalidad de las cosas más bellas,
Y este amor que es de lo más profundo.
Te regalaba mi yo y mi otro yo,
La luna y los infinitos planetas,
Los satélites y los grandes cometas,
Te daba mi hoy y mí ayer,
Mi presente y mi futuro también
Todo mi ser, te lo daba a ti,
A mi único amor, todo lo di.
Te otorgaba todos mis ensueños,
Toda mi piel y mi alma,
Los besos más tiernos,
Y mi corazón en tu palma
Te recitaba todas las románticas poesías,
Te cedía mis debilidades y mis fortalezas,
Completamente la totalidad de mis fantasías,
Y todo mi coraje y acumuladas proezas.
Te daba completamente mi vida,
Para que puedas dibujar piruetas irreales,
Para guardarla bajo mil llaves,
Porque jamás verás su partida.
Y te daba mi cálida mano,
Para que siempre la tengas a tu lado.
Que hermoso sueño que tuve,
Era como un susurro de almas paralelas,
Un amor real que cristalizar jamás pude,
Un barco navegando sin velas.
Y al fin y al cabo en ese instante,
Como un rayo fulminante,
Puede saber cual era la verdad,
Yo estaba dormido despierto,
Y al fin y al cabo en ese instante,
Como un rayo fulminante,
Puede saber cual era la verdad,
Yo estaba dormido despierto,
Y despierto me encontraba dormido.
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