Ella es para mí, la razón de existir,
Mi salvavidas en un mar de eterna infinidad,
Mi contrapeso, mi equilibrio y mi luz en la oscuridad.
Su radiante y hermosa sonrisa,
Es sinónimo de cálida brisa,
Que se mece en una tarde primaveral.
Su mirada tierna y profunda,
Todo lo inunda,
Trayendo la paz en la peor tempestad.
Sus ojos son claros espejos de su alma,
Tan apacibles y serenos,
Que te invitan a soñar.
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